Camino a Noruega, nos encontramos con Serbia. El cantante es lo que más llama la atención. Tiene una imagen un tanto andrógina. Pero obviando lo físico, nos centraremos en la canción. Es un pop balcánico. El ritmo es muy marcado lo que consigue que la canción resulte movida y pegadiza, convive con un aire folclórico en la melodía y en la instrumentación. Lo más llamativo son las pequeños momentos de aire hiphopero, que son subrayados por el cuerpo de baile.Lo que destaca es el aire cómico de todo el conjunto, parodiando las fusiones de la música tradicional con los ritmos más modernos. Destaca en todo el conjunto los ritmos bailables, por ello el tempo es rápido. La tímbrica redunda en ese carácter paródico al utilizar bases rítmicas electrónicas con instrumentos más tradicionales como la trompeta, que evocan un cierto aire gitano de los balcánicos.
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